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La carrera periodística de Carrère

Emilio Carrère fue uno de los mejores poetas de su época, era también un artista polifacético escribió novelas y también artículos periodísticos, es de estos últimos escritos sobre los que os queremos hablar en este post. Carrère tuvo una excelsa carrera periodística, fue nombrado Cronista de la villa, escribió también para multitud de periódicos como lo fueron: La vida galante, Heraldo de Madrid, El Imparcial, El Liberal, La Libertad, Acción Socialista, La Esfera, ABC y muchas más publicaciones. También fue crítico literario. Pero parte de sus artículos se pueden leer en la obra titulada La copa de Verlaine, que recoge veinticinco artículos escritos por el autor madrileño.


Estos artículos son muy interesantes porque narran una época perdida de hace ya mucho tiempo. Habla sobre la miseria, sobre compañeros de profesión, que quizá son ficticios o quizá reales, sirven para colorear este Madrid del que Carrère escribe. En sus artículos pone como ejemplo a autores como lo Paul Verlaine, autor de la bohemia francesa y Edgar Allan Poe. Autores que para Carrère representan un ideal casi romántico de lo que el artista debe ser, sin embargo, ambos representan a su vez cierto código bohemio perteneciente a artistas en decadencia que a Carrère resulta muy atractivo. A estos artistas que menciona y pone como ejemplo son personas atormentadas, que se refugian en el alcohol para lidiar con una realidad que les domina. Que persiguen la literatura o el conocimiento como razón de ser, como vial de escape a sus circunstancias. 



Es curiosa la visión sobre el arte y el artista que muestra Carrère en estos artículos. Pues en múltiples ocasiones menciona a jóvenes que aspiran a la literatura. Que vienen de provincias dispuestos a probarse como poetas y acaban pidiendo limosna en Sol y Gran Vía. De hecho, destaca la habilidad y trucos de estos poetas a la hora de conseguir su jornal. Menciona también a editores y traductores que se sienten impelidos por las letras. A lo largo de estos artículos se ve la pasión por la poesía, de nuevo, con una visión romántica por lo que significa ser poeta. En el momento en el que menciona a Juan de la Pezuela que para Carrère su generación literaria fue la última en vivir la época dorada de la poesía, se aprecia mucha melancolía, por aquel tiempo perdido. Hay también melancolía en ciertos momentos en los que habla de la bohemia como algo lejano, como algo que recuerda en su piel, el hambre la juventud aquellos días de absenta, miseria y versos. El hambre también marca estos recuerdos de una manera bien definida.


Es este amor por los bajos fondos que están presentes en toda su obra, desde lo narrativa hasta la poesía pasando por esta selección de artículos lo que le convierte en el perfecto narrador de la bohemia. Dedica también artículos a los cafés dónde los escritores se reunían y que usaban también como espacios para escribir, cuenta anécdotas sobre ellos y termina diciendo cuales eran los mejores y por qué. Cuenta anécdotas de actrices, de pensionistas de como muchos poetas todo lo que tenían para ofrecer a prostitutas eran versos, escribe sobre ellas también y sobre mendigos que solo persiguen el saber. No se puede averiguar si estas anécdotas eran reales o ficticias. Pero desde luego sirven para entender el ambiente en el que el autor de El crimen del sátiro se formó como escritor.


Su talento queda también impreso en los artículos que escribe, puesto que en ocasiones escribir diálogos representando la forma de hablar natural, hay un artículo en el que se dedica a escribir sobre los malos poetas y es realmente llamativa la forma en la que describe los vicios y torpezas de los malos poetas, porque mediante una sátira que les dedica el lirismo sobresale, es como leer un epigrama, todo el talento que tenía como poeta queda patente y es desde luego nuestro artículo preferido. Aún más llamativo es el final de este artículo, porque pese a dedicar varios párrafos satirizando la mala labor del poeta mediocre, que no tiene nombre, al verle junto a sus hijos le ve como el poeta más grande. Gracias a los artículos recogidos en La copa de Verlaine podemos llegar a conocer profundamente la forma de ver el mundo de este autor e incluso aquellas cosas que añora más. En todos los artículos que recoge el libro está patente el talento de Carrère, como periodista, como poeta y novelista. También se aprecian los temas que más le preocupaban. Leer sus artículos es la mejor forma que tenemos de conocer y recordar a una figura de la literatura española tan emblemática como interesante.


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