Emilio Carrère (1881-1947) fue un escritor español que se dedicó a la poesía, la novela, el periodismo y el teatro, formando parte del movimiento modernista y el ambiente bohemio de la época. Su obra, impregnada de melancolía, simbolismo y una fascinación por lo macabro, llama aún hoy en día por su singularidad.
Carrère formó parte del mundo literario desde una temprana edad, con la poesía como su primera musa. Sus versos, cargados de una profunda sensibilidad y musicalidad, se convirtieron en un referente para el público de la época. Obras como Románticas (1902), El caballero de la muerte (1909) y Del amor, del dolor y del misterio (1915) son testimonios de su talento poético. En ellas, se aprecia la influencia de autores como Rubén Darío, con un toque personal que se inclina hacia la melancolía y el simbolismo.
Su vocación artística no se limitó a la poesía. Carrère también cultivó la narrativa, dejando un legado de novelas que exploran diversos géneros y temáticas. La torre de los siete jorobados (1920) es, sin duda, su obra más célebre, que en 1944 fue adaptada a la gran pantalla de la mano de Edgar Neville. Inspirada en un edificio real madrileño, la novela se adentra en un mundo de misterio y suspense, convirtiéndose en un gran éxito de ventas.
La vida de Carrère estuvo marcada por la excentricidad y las anécdotas. Conocido por su vestimenta bohemia y su asiduidad a los cafés y tertulias literarias madrileñas, su figura se convirtió en un icono cultural, conocido por todos aquellos que se movían en los mismos círculos que él. Durante la Guerra Civil española, se dice que incluso llegó a fingir locura para refugiarse en un manicomio y evitar represalias políticas.
Además de su faceta como escritor, Carrère también fue un prolífico periodista. Colaboró con diversos periódicos y revistas, abordando temas de actualidad, política y cultura, tanto antes como después de la Guerra Civil, aunque las temáticas y opiniones de sus artículos variaron considerablemente de una época a la otra. Mientras que en la primera era palpable su empatía por los oprimidos y las clases populares, en la segunda tenía un claro corte antirrepublicano y afecto al régimen. Su pluma mordaz y su visión crítica del mundo que le rodeaba se plasmaron en artículos que no dejaban indiferente a nadie. En 1917 fundó la revista "El Rastro", un espacio dedicado a la literatura y el arte.
La obra de Emilio Carrère ha ido desapareciendo de la literatura española actual, aunque sus obras siguen sorprendiendo a los lectores que se atreven a explorarlas. Su estilo único, que combina elementos del modernismo con una mirada personal y decadente, ofrecen una visión del Madrid de la época del autor que es difícil encontrar. Sus novelas nos transportan a mundos de misterio, terror y emociones encontradas, invitándonos a reflexionar sobre la condición humana. Un gran exponente es su novela corta El crimen del sátiro, que iremos presentando poco a poco en esta revista y que verá la luz más pronto de lo que creéis.
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